Hay personas que siempre tienen prisa y personas que nunca tienen prisa. Hay otro tipo de gente que sólo tiene prisa en algunas ocasiones. Y lo más extraño... hay seres a las que su prisa depende del lugar donde se encuentren.
Bajamos al ecosistema del suburbano. Un mundo desconocido lleno de sorpresas. Hoy hablamos de esos seres que cada mañana van en metro a sus trabajos y de vuelta a sus casas. Estos seres se reproducen por esporas y aparecen como setas dentro de los metros en las horas puntas.
Son seres extraños que caminan a un ritmo estándar hasta llegar al andén. ¡Cuidado! Sólo lo hacen para camuflarse. Cuando suben al metro la transformación en inminente. Deben colocarse enfrente de las puertas, aunque tengan una eternidad de paradas por delante. Están a punto de salir del vagón en cada estación, pero en ninguna lo hacen. Hasta que llega su momento.
Cuando el convoy llega a su destino bajan los primeros. Bajan los primeros sí o sí. Si hace falta empujan, pisan a los demás, dan codazos... lo que sea necesario. Ellos están obligados por las leyes del suburbano a salir los primeros. Si no lo hacen corren el riesgo de morir (probablemente de morir aplastados por la masa humana que tienen detrás).
Ha llegado su hora, han bajado los primeros y van corriendo a un ritmo frenético, imposible de seguir, hasta las deseadas escaleras mecánicas. Vuelven a ser los primeros. Sí señor. Han logrado ser los 1eros en llegar a las escaleras mecánicas. Ahora ya pueden parar de andar. Han ganado la carrera. Se colocan a la derecha de las escaleras y dan paso al resto de humanos.
Las 200 personas que habían adelantado con sus prisas infundadas (si fuesen fundadas seguirían andando por las escaleras) han pasado por delante de ellos en las escalera mecánicas.
¿Por qué han hecho esto?
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