La fauna del metro da para mucho. Volvemos a bajar al ecosistema del suburbano.
Hoy toca el turno a las cucarachas del metro. Pero no esos animales repugnantes que viven en las alcantarillas. Sino esos humanos repelentes que pululan por el suburbano.
No todos los pasajeros son cucarachas. Sólo aquellos que no dejan salir para poder entrar. Son peor que las cucarachas, no se apartan ni a patadas. ¿Habrá que probar con insecticida Raid?
Parece ser que estos humanos repelentes no comprenden las leyes de la física. Si el vagón llega a su parada lleno de personas, éstos humanos repelentes no entran. No hay espacio vital para ellos. Sin embargo, si dejaran bajar a las personas que acaban su trayecto en dicha parada, conseguirían entrar sin problema. Lástima que su ínfima capacidad mental no les permita llegar a esta conclusión.
A veces creo que a este tipo de personajes habría que marcarlos, como a las vacas. Para que uno vaya preparado y sepa que le tocará empujar para poder salir. Si fuera legal, y ético, dar collejas más de uno llevaría la cabeza un metro y medio por delante del tronco.
0 comentarios :
Publicar un comentario