No al tangalón. No, no quiero ver las mejillas de tu culo.


Todos estamos de acuerdo en una cosa. En verano hace calor y una camiseta de tirantes fresquita y un pantalón corto se agradece. Pero cuidado, no te pases. Nadie quiere ver más de la cuenta, ni siquiera los pervertidos.

Yo los llamó tangalón, pero también se conocen como bragas vaqueras y como chochorts. Esos pantalones tan cortos que muestran al mundo las nalgas de la portadora.

Enseñar un poco es sexy. Enseñar demasiado es desagradable. Aún así, más de uno pensará que es una moda muy interesante, sobretodo chicos. Seguro que en su cabeza aparecen imágenes de exuberantes modelos jóvenes con tangalón. Me gustaría saber qué pensarían si su hija o su pareja fueran mostrando las mejillas de su trasero al mundo entero. 

Pero seamos realistas. Las mujeres de la calle no son así. Estoy segura que la mayoría de hombres creen que para llevar tangalón hay que cumplir dos requisitos: ser joven y tener cuerpazo. No creo que les guste ver a una señora de 60 años con tangalón. Tampoco a una chica de 18 con obesidad y tangalón. 

Hay más mujeres en franja de edad no-joven, y más jóvenes con no-cuerpazos que jóvenes con cuerapazo. No nos engañemos. La mayoría de chicas que van con tangalón se parecen más al precursor de modas Peter Griffin que a la modelo imaginaria de las cabezas masculinas. ¿Estamos seguros que queremos seguir con esta moda?



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